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Andrés Urrutia Salcedo / La cuidadora

 

Andrés Urrutia salcedo

La cuidadora

 

 

 

 

Mi nana fue una jovencita de liceo,

mamá le pagaba algunas monedas

para proteger a su cachorro.

 

La vida era dura en el barrio.

 

La primera vez que mi gusanito

se puso furioso bajo el pantalón,

fue pensando en la vez que se quitó

el sostén frente al espejo;

mientras yo jugaba en el patio de su casa a la rayuela. 

 

La primera vez que rompieron mi corazón

fue cuando ella lloraba por un chico,

con cinta autoadhesiva lo pegué a mi costado,

que iba a saber yo dónde queda el corazón.

Y volvió a latir cuando dijo que era un niño lindo.

 

Siempre me escondía tras la ventana

esperando a que volviera a quitarse el sostén.

¡Aun lo hago ahora! 

ella está llegando a los cincuenta,

y yo aún no termino de remarcar las líneas de la rayuela

con las pajas de mi amor.

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