De noche a noche mi vida tiene un fragmento
que nadie reconoce
la sombra de una historia perdida
que permanece oculta bajo la piedra de la demencia y su
misterio
Dime Frida ¿en qué cielos de la niebla pediste clemencia
para curar la herida que atraviesa como una espina
la dualidad de la vida y su destino?
¿En qué aguas del tiempo viste brillar el reflejo de tu
rostro?
¿En qué mares de fuego encontraste la verdad que aun ardiendo
en el lecho de la miseria revelaron para ti
el indescifrable oráculo de la fe y su prodigio?
Aullidos del xoloitzcuintli* oímos
entre los bosques del insomnio
jaurías de presagios rondando en aquellas noches temblorosas
revelaciones en el espacio de los sueños solitarios
para recrear en medio del mundo
de la amargura y sus terrores
la belleza colorida del alma
la transparencia de una estrella y su dulzura
Dime Frida ¿cuánto amor permanece
entre las arterias de un corazón afligido?
Dime ¿cómo entender el amor irresuelto que deambula
entre los laberintos milenarios?
¿Qué cuadro le pintaste a Diego?
¿Qué poema le escribiste?
¿Qué canto, que palabras para disolver las esperanzas rotas
bajo la lluvia de una cálida mañana?
Porque bajo la voz oscura de los truenos
somos presas de la boca enardecida del abismo
orando a un Dios por encontrar una luz que nos ampare
rogando por un instante de paz donde el vuelo de los pájaros
sea las alas de los arcángeles que abriguen
nuestros cuerpos desnudos y hambrientos
con la eterna sed de amar y ser amados
Bajo la sombra de los chopos** haremos un talismán
con los colores del crepúsculo
para poder ver así la claridad del camino
que siempre estuvo para el mundo
desde el principio de los tiempos.

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