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Lo correcto y lo necesariamente feo - Black Fish - N°1 - Abril 2022

 

Basura la expresión anexada al ideal académico, a la defensoría de lo pretenciosamente magnífico, al sentido común, la corrección dogmática, los resultados esperados. Expresarse; como un fluido que no censura la chance del acero, si por algún motivo debe mantener cierta firmeza. Basura lo inquebrantable, porque tal rigidez pertenece a la tiranía de reyes, dioses y ministros, a sus monedas inexorables. Luz; todo aquello que, aun desde las tinieblas, se exprese con altanería divina y sea capaz de dibujar su cuerpo con sangre mística; respeto ante el vómito poético, la volición sideral.

Juzgue usted al conformismo que rige a la mayor porción de la humanidad; juzgue usted el acervo de la discriminación castrada entre el bien y el mal; lo bueno y lo incorrecto, sus derivaciones. Juzgue usted la miseria que nos circunda, la malaria de los pueblos, más allá de Somalia ¿No encuentra necesaria la aparición de un quiebre?

Si toda lucha ha quedado bajo el yugo del mercado, haga lo suyo, haga poesía y maldiga a cada centavo. Si lo que a usted le ha conmovido es, al día de hoy, objeto de nada, aprenda la alquimia necesaria para metamorfosearlo. Todo, en su núcleo, contiene los más raros bichos, los más preciados talismanes.

En nombre de lo bueno y lo correcto, conceptos acuñados por la tiranía, se han cometido los actos más terribles de la humanidad. La persecución por parte del nacismo de los expresionistas, las quemas de brujas, los juicios por hechicería en épocas de la inquisición, los arrestos y asesinatos a homosexuales, la censura, la guerra… sólo los artistas, llevados por la inspiración y el deseo de liberación de esas cadenas, han sabido dar pelea, aun cuando sus cuerpos se perdieron en los tiempos de la muerte. Como pueblo, la gente suele guardar silencio, como si aguardara la voz de un mesías, que es tal vez otro concepto falaz, argumento de los captores para facilitarse el trabajo.


Hagamos una rebelión fáctica, la de las expresiones dedicadas a menoscabar en nosotros mismos, que aporten energías nuevas a este viejo mundo, que, sin embargo, no está perdido.

 

Ensor ha peleado igual que Kirchner por romper con las tradiciones; igual Bukowski, Lorca, Kafka; Liszt… ejemplos hay muchos, sobran, aunque no alcanzan para continuar, porque necesitamos renovación, coraje, más demonios dispuestos a martillar al mundo. Rompamos para crear, como dijo Nietzsche, no nos quedemos nunca con la verdad, la pútrida verdad que nos han enseñado. Ataquemos en todos los frentes, sea cual sea nuestra actividad; el docente debe transformar desde su lugar, lo mismo el comerciante, el médico, el sastre; cada quien tiene una o más virtudes que no se parecen en nada a lo que como virtud se conoce, resta explorarse a sí mismo para saber de qué se trata.

Por: Federico Ambesi

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