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Entradas

LA RED - Relato de Silvina Ocampo

  Mi amiga Kêng-Su me decía: —En la ventana del hotel brillaba esa luz diáfana que a veces y de un modo fugaz anticipa, en diciembre, el mes de marzo. Sientes como yo la presencia del mar: se extiende, penetra en todos los objetos, en los follajes, en los troncos de los árboles de todos los jardines, en nuestros rostros y en nuestras cabelleras. Esta sonoridad, esta frescura que sólo hay en las grutas, hace dos meses entró en mi luminosa habitación, trayendo en sus pliegues azules y verdes algo más que el aire y que el espectáculo diario de las plantas y del firmamento. Trajo una mariposa amarilla con nervaduras anaranjadas y negras. La mariposa se posó en la flor de un vaso: reflejada en el espejo agregaba pétalos a la flor sobre la cual abría y cerraba las alas. Me acerqué tratando de no proyectar una sombra sobre ella: los lepidópteros temen las sombras. Huyó de la sombra de mi mano para posarse en el marco del espejo. Me acerqué de nuevo y pude apresar sus alas entre mis de...
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A UNA PROSTITUTA CUALQUIERA - Walt Whitman

  Serénate —no estés incómoda conmigo—, yo soy Walt Whitman, generoso y lleno de vida como la Naturaleza,   Mientras el sol no te rechace, no te rechazaré,   Mientras las aguas no se nieguen a brillar para ti y las hojas a   susurrar para ti, mis palabras no dejarán de brillar y de susurrar para ti.   Mi niña yo te cito y te pido que te prepares para ser digna de encontrarte conmigo,   Y te pido que seas paciente y perfecta hasta que yo venga.   Hasta entonces te saludo con una mirada expresiva para que no me olvides.

El payaso - Relato de Thomas Mann

      (1897)   Después de todo eso y, de hecho, como única salida digna, es tan sólo el asco, el asco que me causa la vida —mi vida—, el asco que me suscita «todo eso», este asco que me ahoga, me incorpora de golpe y me sacude para después lanzarme de nuevo contra el suelo, el único que quizá algún día, más tarde o más temprano, me dé el impulso necesario para cortar por las buenas con todo este asunto ridículo y despreciable y largarme con viento fresco de este mundo. Con todo, es muy posible que todavía lo alargue este mes y el siguiente, que continúe comiendo, durmiendo y entreteniéndome durante un trimestre o un semestre más, de la misma manera mecánica, regulada y tranquila en la que ha transcurrido exteriormente mi vida durante este invierno y que ha constituido una contradicción tan terrible con el asolador proceso de disolución que se estaba desarrollando en mi interior. ¿No da la impresión de que las vivencias interiores de un ser humano son tanto ...